No podía imaginar que le pasaba. Harry dejó ir la última lágrima y cogió un rotulador negro permanente y se escribió: SUMMER LOVE♥ ¿Porqué Summer love? Después caí. Lo vi todo claro. Yo era su Summer love. Me levanté. Harry me miró, y yo miré el calendario de la habitación, dónde estaban marcados los días que ya habían pasado. Era 31. 31 de Agosto, se acababan las vacaciones, yo me iba y supongo que Harry y los chicos también. Ahora miré yo a Harry, con lágrimas en los ojos.
- Harry, por favor dime que no. Dime que es mentira, dime que no te vas, y que no me voy.
- Vida mía, no te puedo mentir.
- ¡Dime que es mentira! - me volví histérica.
Se acababa todo. Supongo que Harry se iría a Inglaterra otra vez, y me olvidaría, todo quedaría como un amor de verano, como ya había pensado él. Sería como si nuestras vidas nunca se hubieran cruzado. Como si no nos hubiéramos conocido. Y Harry encontraría a otra chica, una chica alta, rubia, de ojos azules y con curvas. Me enfadé mucho. Lo nuestro no
acabaría bien. Me puse a llorar de rabia. A Harry le dio pena y me abrazó.
- Tranquila. Todo irá bien. Recuerda siempre que te amo, que tu eres mía y nunca nos diremos adiós.
- Harry, tu eres tu eres mi vida, mi razón por la que vivir, mi dirección, mi mundo, mi todo.
- Y tu eres mi amor de verano.
- Te amo.
- Y yo more than this
- OMG, nadie te supera.
- Ven aquí. - Me acosté a él y me dio otro abrazo, pero un abrazo de oso. Luego me besó con mucha pasión.
- Eres mi niño pequeño.
- Tu mi summer love.
- Harry, ¿a dónde irás?
- A Londres.
- ¿Me echaras de menos?
- Demasiado.
- ¿Nos volveremos a ver?
- Hm... no lo sé. - aún lloré más.
- No llores más, vida mía que me partes el corazón.
- Harry, ¿Pero qué haremos?
- Yo te seguiré amando con toda mi alma.
- Y yo.
- Vente conmigo a Londres.
- Si, ¿Y el instituto?, ¿Mi familia?, ¿El billete?, Y además soy menor de edad.
- Te cambias de instituto, tu familia ya te ha tenido 16 años, ¿No me toca ya a mí?, el billete te lo compro yo, y da igual que seas menor, yo te protejo.
- Oish, Harry que adorable eres. El plan esta guay, pero no me dejarán.
- ¡Lo que sea por el amor!
- Lo que siento por ti es más que amor.
- Que tonta que eres.
- ¡Harry, no me dejes!
- Nunca.
- Por cierto, ¿Que hora es?
- Son las diez de la mañana.
- ¡Mierda!
- ¿Que pasa?
- Que me tengo que ir.
- Yo te acompaño.
- De acuerdo.
Llegamos a casa, llamé el timbre, y mi madre salió.
- Va, corre. Haz la maleta.
- De acuerdo, ¿Puede pasar Harry?
- Claro.
Harry y yo nos dirigimos a mi habitación. Lo cogí todo de golpe y lo metí todo en la maleta, sin ordenarlo, con la ayuda de él. Comprobé que no me hubiera dejado nada y cerré la maleta sin dificultad alguna. Harry se quedó apoyado a la puerta del armario. Lo dejé todo preparado y le dije a mi madre:
- ¿A qué hora marchamos?
- A las doce.
- Mamá, lo tengo todo preparado, ¿puedo ir a dar un último paseo con Harry?
- De acuerdo, pero no tardes.
Salimos corriendo del hotel, y Harry me abrazó por la espalda.
- Harry, no puedo. No puedo dejarte, tu has entrado dentro de mi vida, tu formas parte de ella y ahora no puedes salir. Te escribiré, te llamaré, todo lo que tu quieras, te lo prometo.
- No me prometas que escribirás, no me prometas que me llamarás, prométeme que no me olvidarás, que no olvidarás todo lo que tenemos.
- Te lo prometo Harry. - y de mis ojos cayó una lágrima.
- No llores. Sé feliz.
- No sin ti.
- Pero si tu no eres feliz, yo no soy feliz, y si yo no soy feliz, tu no eres feliz, y así infinitamente.
- ¿Dejarás de ser tonto algún día?
- No, pero tu lo eres más y lo sabes.
- Puede.
- Harry no quiero dejarte.
- ¿He entrado en tu vida?
- Tu no estas dentro de mi vida, tu eres mi vida.
Y el tiempo corrió, y no me dejó ni un minuto más. Ya habíamos llegado.
- Hija mía, sube ya en el coche.
Había llegado el momento, mi vida se paró. Ya nada tenía importancia. Harry se me acercó.
- No puedo. - le confesé, un tanto nerviosa.
Harry me metió sus dedos fríos entre mi pelo, era el último adiós.
- Adiós Harry, mi vida. - le hice un beso intenso, y una lagrima cayó de mis ojos.
- Te amo.
- Yo más que eso.
Mi padre me obligó a entrar en el coche. No lo pude evitar y rompí a llorar. Tampoco pude evitar mirar por la ventana, Harry aún no se había ido, y creo que fue mi imaginación, pero vi que él también lloraba. El coche arrancó, dejando a atrás a Harry, dejando atrás a mi vida. No hablé durante todo el viajé, y tampoco escuché a los otros hablando, en mi mente solo se oía una voz, y obviamente era la suya. Ahora desperté, dejé de ocultar la verdad en mi misma, y lo vi todo por fin; Había cortado con Harry por fuerza, estos días, todo y ser cortos habían sido los mejores de mi vida, pero ya nada volvería a ser igual, estábamos muy lejos el uno del otro.
Me puse aún más triste de lo que ya estaba.
De repente sonó mi teléfono, tenía un mensaje, y como no, era de Harry, al ver su nombre allí escrito: Harry E. Styles me estremecí, pero rápidamente leí el mensaje:
- Llevo diez minutos sin ti y ya te echo de menos, mira, no quiero que estés triste,
¡A la mierda la distancia! Yo te quiero! No llores por favor TE PROMETO que nos volveremos a ver, tarde o temprano. Sin ti mi vida ya no es nada. TE AMO.<3
Harry era muy tierno. Este mensaje me animó un poco , pero esto no solucionaba nada. Le respondí:
-Harry no me puedo creer que con tan pocos días me conozcas tanto, la verdad es que he dejado de llorar, TE AMO<3 con toda mi fuerza y más. Lo repetiré: TE AMO<3
Y le mandé. Pasaron pocos minutos y ya me había respondido:
- Yo también te lo diré mil veces, o más: TE AMO∞ Y anda, no llores, ni sufras más por mi. Te juro por mi vida (y mi vida eres tu) que nos volveremos a ver♥ Y por favor, solo te pido una cosa, quiero que vivas tu vida, que seas feliz, y que vuelvas a ser la de siempre.
Esto cada vez me dolía más, en vez de estar feliz por todo lo bonito que me decía, cada vez estaba peor, me moría de ganas por abrir la puerta del coche y echarme a correr hacía atrás, dónde lo había dejado todo. Ahora era el momento, “It's now or never!” pensé. Pero no tuve el valor suficiente, y después de 20 minutos largos y aburridos, ya estábamos a casa. Ahora ya no había vuelta atrás, de aquí poco volvía a el instituto, pero volvería peor que nunca. De repente me acordé del mensaje de Hazza, y de que le había de contestar.
- Harry, estoy deprimida. Lo siento, pero necesito llorar, y sufrir no es una opción. Ya no tengo cura, lo estoy pasando fatal y solo llevo casi una hora sin ti. Tus mensajes no me animan, me ponen peor, porqué cada vez te echo más de menos, de aquí poco volveré al instituto, pero yo ya nunca volveré a ser la de siempre. Cada día de mi vida estaré triste por ti. Evitaré llorar, pero buscaré otra manera de desahogarme si eso es lo que quieres. Haré, lo que que quieras que haga, seré quien tu quieras que sea, pero no me pidas que viva la vida, porqué sin ti ya no la quiero, no me pidas que sea feliz, porqué sin ti la felicidad no existe, y sobretodo, no me pidas que vuelva a ser la de siempre, porqué sin ti, ya no lo seré.
Quería llorar, pero no podía, ya no me quedaban más lágrimas. Después de dejar las maletas subí a mi cuarto, y me tumbé en la cama. Summer love. ¿¿Harry sólo había sido mi Summer love?? Ahora no sabía los sentimientos de Harry. Solo sabía que yo moría por él, y que yo por él sólo había sido un Summer love. No sabía si eso era bueno o malo. Pero, ¿como era posible que me hubiera enamorado tanto de él, si sólo había pasado con él una pequeña parte del verano?
Los días iban pasando, y yo siempre estaba en mi cama, deprimida, sin más lágrimas que dejar caer de mis ojos, porqué ya no las había. Comía muy poco, bebía agua también muy poco. Mañana era el día, el día de volver a la rutina de siempre. Y yo aquí fatal y él viviendo la vida. Y mil preguntas horribles me venían a la cabeza. ¿Harry me quería de verdad? ¿O sólo se aprovechó de que yo me enamoré de él? Ay dios mio, no entendía nada. Me pasé todo el día pensando y preguntándome a mi misma. ¿Que me deparaba el futuro?
Me desperté, y cogí el despertador que ya sonaba, eran las 7:35. Me levanté y me vestí con lo primero que encontré. Me peiné y me maquillé un poco. La verdad es que nunca me maquillaba, solo en ocasiones muy especiales. Pero esta no era especial, era para distraerme un poco y también, verme maquillada no era algo normal que se pudiera ver siempre, y así la gente me preguntaría por eso, no porqué estaba tan infeliz. Ahora debía almorzar, pero no tenía hambre, y pasé. Cogí la mochila con los libros y ya está y me fui andando hacía el instituto. El instituto abría a las 7:50, andando eran 10 minutos o sea que ya estaba bien. De camino me encontré a Sol.
- ¡Hola!
- Ah... hola Sol.
- ¿Estas ya preparada para volver?
- No.
- Un momento... ¿Te has maquillado?
- Sí... ¿Te gusta?
- ¡Te queda muy bien! ¿Porqué no te maquillas cada día?
- No sería yo. Pero después de todo mi yo ya murió o sea que ya da igual.
- Ah... lo siento no lo recordaba, ¿Como estas?
- Si te dijera bien estaría mintiendo...
- Tranquila que yo estoy aquí para todo lo que quieras.
- Gracias Sol, pero no te preocupes por mi, no quiero que estés como yo.
- ¿No preocuparme por ti? ¡Pero si soy tu amiga!
- Bueno, da igual no quiero pensar en él, y ¿cómo estas tu?
- Estaba bien, ahora ya no. - estábamos ya en el instituto, pero aún no habían abierto.
- Sol, enserio no te preocupes, se feliz, y por cierto, ¿algún chico?
- … Me arrepiento de haber estado con Adriano, o más bien dicho el tío rubio sin cerebro JAJAJAJA. - reí sin ganas con ella. - pero la verdad es que...
- ¡Dilo! Ahora no me dejes con la intriga.
- He visto a un chico, viniendo hacía el instituto, y no está mal...
- ¿Cual es?
- ¿Ves ese de allí, rubio, con el pelo liso, y de ojos oscuros?
- No.
- Uno que va vestido con una sudadera verde, que pone DUFF.
- ¿Uno que es muy alto?
- Sí.
- Oh ya lo veo. ¿Es nuevo?
- Creo que sí pero no sé si irá a nuestra clase.
- ¡Pregúntale!
- Me da vergüenza.
- Pues ya le pregunto yo.
- Vale, gracias, me harías un gran favor. Eres la mejor.
Y me dirigí al tío que Sol me había dicho, estaba apoyado en un muro, solo y aburrido.
- Perdona, ¿eres nuevo? - el tío levantó la cabeza para mirarme.
- Sí.
- ¿A qué curso vas?
- Al mismo que el tuyo. - la verdad es que el tío daba un poco de miedo. Vale un poco no, mucha. ¿Pero las apariencias engañan no? Y creo que prefería no saber como él sabía a que curso iba.
-¿Y cómo te llamas?
- Ricardo.
- De acuerdo.
- Te gustaría...
- Pues ya nos veremos. - le interrumpí la frase por miedo de lo que me iba a decir.
- Ah, sí. Claro.
Y me di la vuelta y marché.
- ¿Que te ha dicho? - Sol estaba nerviosa. - ¡Dímelo!
- Se llama Ricardo, y sí, va a nuestro curso. - le iba a decir que este chico daba miedo y mucho, pero al ver su cara de emoción y ilusión, me dio pena y me callé.
Estábamos a punto de entrar y me sonó el móvil. Un mensaje y como no era de Harry.
- Un momento Sol, espérame.
- Amor, te echo de menos. ¿Hoy empiezas el instituto, no? Que te vaya muy bien cariño.
No lo pude evitar y me enfadé. Me enfadé porqué tardó muchos días a responderme, porqué yo le había dicho mi opinión y ahora me cambiaba el tema.
- Mira Harry, estoy en el instituto, y sé de sobras que no me irá bien. Yo te quiero, pero no se tu opinión. Antes la sabía, ahora ya no. ¡Estoy desesperada! Yo no estoy bien, vive tu vida, no acabes como yo. Y conoce alguna chica en el instituto que te merezca de verdad.
No apagué el móvil, porqué esperaba su respuesta, pero si que le puse en silencio. Luego, le dije a Sol que ya podíamos ir. Al entrar me reencontré con mis amigos, amigas, compañer@s... y de repente mientras me hablaban, y yo no me enteraba de nada, sentí mi móvil vibrar en mi bolsillo. Me fui al servicio, me apoyé a la pared y cogí mi móvil. Era el mensaje de Harry.
- ¡Amor! No te pongas así, ahora, ¡ahora es el momento de empezar de nuevo! Mi opinión es muy clara, te quiero, pero solo quiero lo mejor para ti, y yo no te merezco. Yo no voy al instituto, mira creo que es mejor que no hablemos. No respondas ese mensaje, sólo leelo, Adiós vida, sé feliz.
Me empezó a caer una lágrima. Pero después no vinieron más. Yo y Harry habíamos roto. Todo había sido un Summer love, él estaba a Londres viviendo la vida con sus amigos ¿y yo aquí llorando por él?
-Lo siento pero no. - me dije a mi misma- No pienso seguir los consejos de Harry, me sigue gustando pero si él me puede olvidar, yo también puedo olvidarle a él. Viviré la vida, esto está muerto, basta de llorar, y ahora, ¡Saca esa sonrisa que esta muerta por salir!
Apagué el móvil, y lo escondí a lo fondo de mi bolsillo. Salí del lavabo, con una sonrisa de oreja a oreja, que no duró mucho al ver a Ricardo besando a Marta. Marta era la típica chica sin personalidad que se cree una princesa. Pero eso no fue todo, después Ricardo se dirigió hacia Carlota (otra sin personalidad), y también la besó. Y justo en el peor momento apareció Sol y lo vio todo. Y como no se enfadó.
- ¡Sol! - ahora me puse a perseguirla como una tonta.
- Dejame un rato.
- ¡Sol escúchame!
- No quiero.
-¡Sol!
- ¿Qué? - y paró de caminar.
- Gracias. Mira él no es bueno.
- ¿Cómo que no?
- ¿Pero, no lo has visto?
- Si.
- Mira este tío no me dio buena impresión desde que lo vi, pero no te lo quise decir porqué estabas muy ilusionada y me dio pena.
- Entiendo...
- Sabes que te mereces a alguien mejor.
- Y tu sabes que eres la mejor del mundo. Soy una egoísta, te he hablado de un chico que me gustaba cuando tu lo estas pasando mal. ¿Dónde estabas?
- Sol, no eres egoísta, y ya pasó todo, la ruptura es definitiva, ya no hay nada entre nosotros. Sólo fue un Summer Love.
Creí que ya había pasado todo, pero me dí cuenta de que por mucho de los mensajes, yo le quería. Yo sabía que Harry, en nuestra primera y última noche me había dicho eso, sólo porqué salimos en verano. Y además creo que a Harry le gustaba una canción que se llamaba así.
- Oh, ¿de veras ya está todo? Seguro que estas ya bien.
- Seguro.
- Mira lo siento por la ruptura pero me alegro de que vuelvas a ser tu. - eso era una mentira enorme, yo no volvería a ser yo hasta volver a verlo, ni que sólo sea un segundo.
- Nah. No te preocupes por nada.
- De acuerdo si tu dices que estas bien, te creeré.
- Gracias.
- ¿Vamos a clase?
- Si.
Entramos en clase, el profesor aún no había llegado. Hice una ojeada a la clase, todo normal, a parte de Ricardo, pero también, vi a otra chica nueva. Era de estatura mediana, su piel era morena, pero al mismo tiempo clara. Tenía unos ojos muy bonitos, eran oscuros, de color marrón, tenía pinta de ser una chica muy simpática. De repente se acercó a mí.
- Hola.
- Hola, ¿cómo te llamas?
- Me llamo Jane.
- ¡Hola Jane!
Pero de repente se oyó la puerta y todos nos fuimos corriendo a nuestros sitios. Típico. Ahora tocaba ciencias. El profesor se llamaba Nacho, era un tío no muy alto, siempre iba con una bata blanca y a debajo un jersey. Llevaba unas gafas redondas y era un poco (mucho) absorto. De repente vino Jane y se sentó a mi lado, y el profe no se enteró.
- Hola.
- Hey Jane.
- ¿Como te va la vida? - esa chica me gustaba, era sencilla, y muy simpática.
- ¿No muy bien y la tuya?
- Yo estoy bien, pero, ¿qué te pasa?
- Mira te lo contaré todo, pero no se lo digas a nadie, sobretodo a Sol, se qué le estoy mintiendo pero si le digo, estará triste y no lo quiero.
- De acuerdo, no lo diré.
- Mira este verano conocí a un chico llamado Harry. Me gustó desde el primer momento en que lo vi, su pelo moreno rizado, sus ojos verdes, todo una tentación. Y acabamos saliendo, yo estaba y estoy muy enamorada de él aún. Intentó ser feliz, pero ya no puedo, hasta que no lo vuelva a ver, no volveré a ser la de siempre.
- ¿Pero, y que pasó?
- Pues él es de Inglaterra, y se acabaron las vacaciones y todo quedo como un Summer love. - las palabras Summer love, eran las que más me dolían. Eran como cuchilladas en mi mente, mi corazón y mi todo yo, o al menos lo que quedaba de yo.
- Quedó todo como un Summer love. - repitió Jane, y yo me estremecí. - Ui. Perdón.
- No, no pasa nada. Bueno pues yo me enamoré mucho de él, y él me da la sensación de que ya ha pasado página.
- Dios, lo siento por ti, de veras. ¡Estas muy mal, necesitas ayuda!
- Tranquila, ya estoy acostumbrada a no estar feliz por días. Y tu... ¿Algún chico?
- Aún no, sonará pésimo pero aún no he dado mi primer beso.
- ¿Pésimo? ¿Porqué? Mi primer ha sido este verano. Tranquila, ya llegará, y además vale la pena esperar, en serio.
- De acuerdo, pues esperaré.
- ¿Sabes que me da la sensación, Jane?
- ¿De qué?
- De que llegará pronto...
- ¿Jane, puedes repetir lo que he dicho? - Nacho nos interrumpió.
- Emm... Emmm...
- Y pueden ser unicelular o pluricelular. - nos quedamos extrañas, del cambio de tema de Nacho. Pero seguimos hablando.
- ¿Porqué tienes esa sensación?
- No lo sé. Recuerda que no soy yo del todo, o sea que ya no soy ni consciente de lo que digo.
- Dios mio. ¿Porqué no me dejas que te ayude?
- Porqué no necesito ayuda, puedo sola.
- Sabes que no.
- Mientes.
- Miento.
- ¿Lo ves?
- Vale tal vez necesite ayuda, pero solo una persona me puede curar, y nos separa la distancia.
- Entiendo, pero, ¿No puedo hacer NADA?
- Hum... no hablarme del tema, a no sé que sea algo muy importante.
- De acuerdo, pues si eso te ayuda, es lo que haré.
- Gracias.
La mañana pasó lenta, pero llegó a su fin. Yo, Sol y Jane volvíamos hacia casa. De repente vi a delante de mi casa aparcado un autobús rojo, enorme. Como los típicos de Londres. Era muy bonito, pero por cierto ¿Qué hacía allí un autobús aparcado? ¿Y porqué delante de mi casa? Corrí, acompañada de mis amigas hacía el autobús...
